En artículos anteriores de Kinétikos hemos explicado la importancia del desarrollo físico y neurológico. Además, hemos dado recomendaciones de cómo estimular las diversas etapas de crecimiento del infante. Junto con el contenido de nuestro website, siempre hacemos referencia a juguetes y artículos que se pueden utilizar mientras ejercitamos a los bebés. Es de suma importancia conocer la función de cada herramienta que utilizamos para estimular a los niños, y cómo impactan su desarrollo.
Cuando los bebés alcanzan los 6 meses de edad desarrollan un gran impulso por comenzar a moverse. En este momento el andador puede ser un aparato muy atractivo para mantener entretenido al bebé. Sin embargo, ¿qué consecuencias puede presentar el uso del andador?
El andador puede resultar perjudicial para el desarrollo físico infantil, según asegura la Academia Americana de Pediatría. El uso de este artefacto le permite al bebé desplazarse y alcanzar objetos con demasiada facilidad. Esto retrasa la naturalidad y espontaneidad de destrezas como gatear, sentarse y caminar. La posición y los movimientos que el bebé adopta en el andador no le permite fortalecer el sistema músculo esquelético. Este sistema es necesario para el desarrollo físico del infante. El cinturón pélvico del cuerpo del bebé también se ve afectado cuando se mantiene en el andador. Esta parte del cuerpo del infante es la encargada del soporte de las piernas, y está directamente vinculada con la destreza de caminar.
El andador inhibe los estímulos de las manos y los pies. Esto debilita la comunicación entre el
cerebro y el cuerpo del niño. Cuando esto ocurre la coordinación de movimientos se encuentra afectada. Lo cual tiene serias implicaciones, resultando muchas veces en el atraso de la destreza de caminar. La colocación del bebé en el andador representa entonces una barrera entre el cuerpo y el sistema neurológico de este.
Por otra parte, los infantes que usan andadores están expuestos a diversos tipos de riesgos y accidentes. En la década de los noventa se registró un incremento en accidentes por el uso de los andadores. Desde entonces la Academia Americana de Pediatría, tomó la decisión de orientar a los padres acerca de los riesgos del uso de estos artefactos. Los andadores propician caídas y golpes peligrosos desde los distintos entornos donde el infante suele realizar sus actividades. La mayoría de las lesiones ocurren mientras los adultos están vigilando al niño. Los padres o cuidadores simplemente no pueden responder con la suficiente rapidez. Un infante en un andador puede moverse más de 3 pies en 1 segundo. Es por eso que los andadores nunca son seguros de usar, incluso con un adulto cerca.
Algunas actividades que sustituyen el uso del andador:
Actividades en el suelo - Fomenta las actividades como: "tummy time", laberintos y gimnasios. Donde el bebé pueda moverse libremente. Esto ayuda a fortalecer el aparato músculo esquelético del infante, importante para el desarrollo físico.
Actividades al aire libre - Lleva al niño al parque o al patio. Coloca el bebé en un “mattress” de ejercicio o en una manta en el suelo. Anima al bebé a ejercitarse presentándole juguetes que intente alcanzar. En caso de que el bebé intente ponerse de pie, estimula esta actividad con objetos que pueda usar de soporte como árboles o columpios estables.
Gatear - Estimula al infante a gatear. Puedes ver nuestro artículo Gatear.
Espacio seguro donde apoyarse - Ofrécele al bebé objetos estables los cuales pueda utilizar como soporte para ponerse de pie, y continuar moviéndose. Estos pueden ser: muebles, gimnasios de bebés, etc.
Recuerda siempre que es importante supervisar las áreas de juego del infante. Acompaña al bebé mientras realiza sus actividades para evitar accidentes.