La motricidad fina envuelve los músculos pequeños de las manos y los pies. Cuando los niños comienzan a desarrollar las habilidades de motor fino, es importante estimularlos a realizar actividades en el uso de estos músculos. En el caso de los músculos de las manos las destrezas son esenciales para completar tareas como escribir, cortar con tijeras, usar el tenedor o una cuchara, enroscar, montar piezas de rompecabezas, cerrar o abrir botellas, abotonarse la ropa y amarrar los cabetes de zapatos. En el caso de los pies, las destrezas son importantes para la coordinación de movimientos (e.g., bailar) y el continuo desarrollo de los músculos metatarsales. Muchos de los niños que presentan retraso de sus habilidades de motor fino tienen dificultades en las tareas básicas del diario vivir.
Algunos elementos esenciales en el desarrollo motor fino son:
Fuerza de brazo-mano: es importante que los infantes desarrollen los músculos de sus manos y brazos, lo suficiente para contar con la fuerza y resistencia necesaria para realizar movimientos precisos y de calidad. Esto se logra con la práctica de diversos patrones de ejercicios, que naturalmente los infantes van realizando a través de su desarrollo, como lo es el "tummy time" y gatear.
Agarre: es la acción de coger o sujetar un objeto con las manos y los dedos. Esta capacidad se adquiere a través del tiempo, le permite a las manos y a los dedos abrir y cerrar de forma coordinada.
Coordinación bilateral: esta habilidad se logra cuando ambos hemisferios del cerebro adquieren la madurez necesaria para comunicarse. El lado derecho del cuerpo debe ser consciente de que el izquierdo está cooperando para completar una tarea. Mientras el niño se desarrolla, las neuronas logran el patrón de conexiones necesario para discernir entre las funciones de ambos lados del cerebro. Esto comienza a ocurrir cuando el infante coge objetos usando las dos manos y sigue progresando hasta que puede transferir objetos de una mano a otra.
Coordinación de ojo-mano: es la capacidad de procesar la información recibida a través de los ojos para dirigir las manos en el desempeño de una tarea en común, como por ejemplo: la escritura. El infante guía los movimientos de la mano con los ojos para manipular con precisión los objetos y colocarlos en posiciones específicas.
Dominio de la mano: es el uso consistente de una mano para el rendimiento de la tarea, que a su vez, permite desarrollar habilidades refinadas.
División de la mano: esta capacidad permite el agarre preciso de objetos. El niño comienza a utilizar sólo el dedo pulgar, el índice y el medio para la manipulación de objetos.
Cruce de la línea media: es una ''linea imaginaria'' que existe durante el desarrollo infantil. Esta línea va desde la cabeza hasta los pies y separa la parte derecha e izquierda del cuerpo. En un principio notarás que el bebé realiza las tareas del lado izquierdo de su cuerpo, usando la pierna y la mano izquierda. Cuando el infante logra cruzar esa línea imaginaria es capaz de moverse y actuar en el lado contrario de su cuerpo.
Propiocepción: es el sentido que se encarga de posicionar el cuerpo humano en un espacio, regulando la dirección y el rango de los movimientos.
Estos ocho elementos son esenciales para el desarrollo motor fino de nuestros niños. Los mismos requieren la estimulación de los músculos a través de actividades y/o ejercicios para nuestros pequeños. Pendientes a nuestro próximas publicaciones, en las que estaremos recomendando actividades para trabajar con los niños.